El cine aparece en República Dominicana en agosto de 1900 en la ciudad de Puerto Plata, siendo el teatro de Curiel de esta ciudad el primer espacio de exhibición del cinematógrafo de los hermanos Lumiére. La persona a cargo de las primeras exposiciones de esos trabajos en toda el área, fue el industrial Francesco Grecco que realizó varios viajes a través del Caribe mostrando esta atractiva invención.
En la prehistoria fílmica del cine dominicano se destacan los trabajos del fotógrafo y editor Francisco Palau, que en 1922 al lado del fotógrafo Tuto Báez y Juan B. Alfonseca hace la primera película de ficción del cine dominicano: "La leyenda de la Virgen de la Altagracia", con la colaboración en los textos del historiador Bernardo Pichardo. Palau la estreno en la noche del 16 de febrero de 1923, y se convirtió en la primera película dominicana.
El entusiasmo de este equipo motivo más adelante la realización de una comedia con tintes ingenuos con el título de "Las emboscadas de Cupido" (1924). Esta película, contada en cinco actos, narró la historia de un par de enamorados que no tenían el consentimiento del padre de la novia, y obliga al novio a realizar una divertida trama para que el padre pueda aceptarlo. Fue exhibida al público el 19 de marzo de 1924.
En 1915 el camarógrafo puertorriqueño Rafael Colorado, hizo la primera película hecha en la República Dominicana, por un extranjero, titulada "Excursión de José de Diego en Santo Domingo".
El primer uso del sonido fue una película de actualidades sobre la inauguración de presidente Rafael Leonidas Trujillo en 1930. Este régimen dictatorial instalado por Trujillo desde el año 1930 impone un freno total a las manifestaciones artísticas y culturales, estimulando solamente aquello qué entiende beneficioso para sus propósitos. El cine, que además de arte es una industria, había sido adoptado por los medios de comunicación masivos en un instrumento ideológico. Por esa razón, en los treinta largos años de la tiranía se realizaron solamente trabajos documentales del país con la exaltación del tirano y sus parientes.
Solamente en 1953, el cineasta Rafael Augusto Sánchez Sanlley (Pupito), produjo con la compañía "Cine Dominicano", trece documentales para el régimen. Y no es hasta 1963, que el dramaturgo Franklin Domínguez lanzó su Largo metraje "La Silla", donde denuncia los horrores del régimen de Trujillo. En 1967 Max Pou y Eduardo Palmer hacen dos trabajos documentales: "El Esfuerzo de un pueblo y ”Nuestra historia".
Otros trabajos importantes son "Viacrusis", basado en un cuento del profesor Juan Bosch y "Siete días con el pueblo", sobre el festival revolucionario de cantantes. También, "Rumbo al poder", de Jose Bujosa Mieses sobre el proceso electoral que llevó al poder a Antonio Guzmán Fernández y los largometrajes documentales del cineasta René Fortunato, “El poder del jefe”, “Abril, la trinchera del honor”, “La herencia del tirano” y “La violencia del poder”.
Entre los largometrajes de ficción que se han realizado en el país se cuentan: "Un pasaje de ida" (1988), "Nueba Yol"(1995), "Para vivir o morir" (1996), " Cuatro hombres y un ataúd"(1997), "Nueba Yol 3", "Perico ripiao"(2003), "Éxito por intercambio" (2003, "Negocios son negocios" (2004), "Andrea"(2005) “La cárcel de La Victoria "(2004) "Los locos también piensan" (2005) "la maldición del padre Cardona" (2005). Para el 2006 son estrenados los filmes “Un macho de mujer”, “Lilis”, “Código 666: la tragedia Llenas”, “Viajeros” y “El sistema”.
En el 2007 en cine dominicano continúa su curso con varios proyectos cinematográficos como “Sanky Panky”, “Yuniol”, “Enigma”, “Mi novia está de madre”, “Trópico de sangre”, “Crimen” y “La muñeca de Diana”, entre otros proyectos que revitalizarán la industria.
Hacia una plataforma industrial
Desde el 2003, la República Dominicana se encuentra en un verdadero “boom” de producciones locales. El promedio de los últimos dos años ha sido de cinco películas anuales, y gracias al perfeccionamiento del nivel técnico local, este número se irá incrementando con los años.
A esto se le une las producciones extranjeras que han seleccionado las locaciones de nuestro país como escenarios para rodar sus historias. Entre las más recientes se encuentran:
“The Lost City” (USA), “Papá se volvió loco” (Argentina), “El vacilón: The Movie” (USA), “Miracle Banana” (Japón), “Vers le sud” (Francia), “La fiesta del chivo” (España), “Miami Vice” (USA), “Yes”(UK), “Loverecked”(USA), “Soko Leipzip” (Alemania) “El batey” (Italia) “Paradise Lost” (USA) y “The Good Shepherd” (USA).
Todo esto ha asentado una plataforma de producción con un nivel de calidad para la competencia internacional que República Dominicana le puede ofrecer al momento de decidirse a utilizar nuestros paisajes y personal técnico.
En estos momentos, el país puede ofrecer un soporte técnico de primera calidad en cuanto a personal, equipos, transporte y demás necesidades de producción y así lo han expresado los distintos productores y directores que han rodado parte o la totalidad de sus películas en terreno dominicano. Esto nos hace ser una buena opción dentro del área del Caribe.